Juan Ruíz Peña
Luis F. Infante Florido
Francisco Infantes Florido

EDITAN

NUEVA POESÍA
1

Sumario: Manifiesto. Poesías de: Jorge Guillén, Ruiz Peña, Pérez Infante, Rojas Marcos, Infantes Florido, Rodríguez Duarte, Romero Murube, Fentanes Merino, Pérez Clotet, Seral y Casas, y Aparicio Errare.-Página Infantil. -Libros y Revistas. Dibujos de: José Caballero y Jomargú.


MANIFIESTO

Hacia lo puro de la Poesía

Ha sido una feliz coincidencia que al salir nosotros esté ya en la calle la revista CABALLO VERDE PARA LA POESÍA, que explica su actitud en un prefacio titulado "Sobre una poesía sin pureza Aprovechamos la ocasión para declarar que nuestra orientación poética es muy distinta de la de CABALLO VERDE. Nosotros queremos ir HACIA LO PURO DE LA POESÍA, entendiendo por puro lo limpio, lo acendrado. Y por poetas puros a San Juan de la Cruz, Garcilaso, Fray Luis de León. Bécquer, Juan Ramón Jiménez... (Pudiéramos añadir otros más modernos, recientes.) Rechazamos lo impuro, en el mentido de confuso, de caótico. A todo esto oponemos una gran palabra: PRECISIÓN Nuestra poesía ha de ser lo - pretendemos al menos - poesía de siempre. en una palabra: POESÍA, algo que no se define pero que me intuye.
Creemos que el superrealismo no es sino el Romanticismo de escuela llevado a sus consecuencias últimas, la agonía de ese movimiento. Y CABALLO VERDE, uno de los postreros baluartes de una escuela y un estilo que desaparecen.
Aunque con brevedad hemos fijado nuestra posición. De nosotros dependerá el mantenerla.

LOS EDITORES

PRECIO: 0´50 CTS.

OCTUBRE
1935

AHORA SÍ

El horizonte ahora es quien regala.
Sale el sol, y el amor se atreve, sale:
¡Tal murmullo acumulan tantos nidos!
La tierra impone por entre raíces
Términos esponjosos, deseosos...
Ya los enamorados casi emergen.
Del sueño, que se abre a un embeleso:
¡Forma tendida al lado, confiada!
Desnudez que es feliz impulsa al día.
La verdad embelesa a los albores.

JORGE GUILLÉN

 

LAS DOCE EN EL RELOJ

Dije: ¡todo ya Pleno!
Un álamo vibró.
Las hojas plateadas
Sonaron con amor,
Los verdes eran grises,
El amor era sol.
Entonces, mediodía,
Un pájaro sumió
Su cantar en el viento
Con tal adoración
Que se sintió cantada
Bajo el viento la flor
Crecida entre las mieses
Más altas. Era Yo,
Centro en aquel instante,
De tanto alrededor,
Quien lo veía todo
Completo para un dios.
Dije: todo, completo.
¡Las doce en el reloj!

JORGE GUILLÉN

 

POEMAS
(... traspaso sobre el aire...)
Fray Luis de León

A Don Diego Angulo

-Cómo salta a mis ojos
La luz de este camino
Que ha ensanchado mí pecho
Con su olor a eucaliptos!

Avanzo con los árboles
Hacía el azul.
-¡Yo ansío
Cristalizar el aire
En horas de optimismo!

Alegre ya. Los brazos
He abierto:... en el vacío
Flotando va mi cuerpo
Lleno de sol y oxígeno.

JUAN RUIZ PEÑA

 

a Victoria

No estoy en mí.
Que me eleva
La luz rosa de esta tarde
Sobre la altísima cumbre
Por donde la luna nace..
.
Allá a lo lejos, las viñas.
En mi remontar...: el aire
Ha abierto el pecho a mi espíritu:
La luz se lleva mí carne.

¡Hacia lo Puro!-(Soñando
Lo amoroso del instante
En que he rondado tu alma...
Ya dentro, en Ti transformarme.

JUAN RUIZ PEÑA



MIRAMAR

Mira: Miramar.
El azul es un cristal
que copia-plano tu cara.
Tu pelo se pone verde
como las algas del mar.

Mira: Miramar.

La roca avanza en el agua
-atalaya del pinar-
y la tarde el pino parte
con hachas de luz y sal.

Mira: Miramar.

La luna empieza a saltar
a la comba sobre el agua,
y, cansado ya del juego,
el sol se quiere bañar.

Ya de noche...
Miramar

LUIS F. PÉREZ INFANTE

 


BELLVER

El aspirar del aire
SAN JUAN DE LA CRUZ

El aire de los pinos
con fuerza he aspirado.

Lleno de polen, sol y bronquios verdes,
todo pulmón, mi pecho hacia lo alto

lleva en seguido vuelo
mi espíritu vibrando

mi cuerpo, alimentado en el respiro
-¡oh, delicado almuerzo de lo ingrávido!

sin peso ya de lastre,
globea por los ámbitos.

¡y llegaré hasta el mar desde los pinos,
el aspirar del aire pilotando!

LUIS F. PÉREZ INFANTE

 

 

POEMA

I

A la sombra de tu cuerpo
me ata la lógica del corazón.
La que nos lleva
de la azucena a la santidad,
de la violeta a la meditación,
del ciprés a la muerte...
Antes me hizo libre. Me explicaba
que es lo mismo un ciervo
que un muchacho de diecisiete años;
que las fontanas son las lágrimas
de las flores muertas sin nacer...

Ahora, no. Ahora
con todas las cosas me ata a ti:
con el sauce, a tu desmayo;
con el aire de las esquinas, a tu roce...

Por ella sé
que el río y el tigre
son sólo la memoria de tu cuerpo;
que las rosas de té,
la música de la lluvia y el empiezo de los crepúsculos,
se hicieron para conmemorar tu mirada
en el beso...
Si!
A la sombra de tu cuerpo,
dormido mi corazón, hecho
presa de un mal sueño...!


II

Pero he aquí que la voz del corazón,
todavía sin palabras,
filtra nuevas verdades,
resplandor de aurora,
humedad en pretil de pozo...
"Vivir es limitarse: tumba, reja;
arráncate del beso y del recuerdo.
El beso es un vampiro que quiere ser arcángel;
pero el recuerdo es la enredadera del espíritu..."
Mediodía. El tiempo está inmóvil
como una cigüeña sobre su zanca;
el alma se pierde entre el ser y el no ser;
la luz color naranja
es una lámina bajo el rulo del silencio...
Dentro de un estanque
hay luces muertas, amortajadas en reflejos...
Y de pronto, la verdad que dice:
"Sobre la sangre, sobre los besos, sobre los sueños,
y los recuerdos;
seamos, ya que no fuertes, imperturbables.
No nos engañe el reflejo:
flotamos sobre espejismo y sobre nada.
Según dice la ciencia de lo oculto:
como la flor de loto sobre el agua..."
Ah! (Dentro, mi corazón, buitre y cadáver,
tu beso y tus palabras..!)

MANUEL ROJAS MARCOS

 

 


TÚ Y YO

I

Cuando quedamos a solas
tú y yo,
cuando estás a mi lado
tú sola,
tu alma va cabalgando lejos de mí
y es mi sombra.

II

No te mires en el vidrio azogado
cuando haya nublados en tu alba.
Mira el apacible remanso del azul infinito,
grave, sin palabras.

Y cuando el rumor de un eco
acaricie tu mirada,
abre con intensidad los ojos
y mírate en mi alma.

Yo tengo un espejo sin materia
que ofrecerte:
una sonrisa azulado.

FRANCISCO INFANTES FLORIDO

 

 

BLANCA RÍA

¡AY, qué pauta duradera
me tiene roto
y sin mí!
Ni el péndulo me acompaña
ni las estrellas sin fin;
ni la ráfaga de plata.
Yo que fuí todo marfil
de los dientes infinitos
siento mi alma morir.
Yo ritmo y alma en materia
celeste girón de ocaso,
yo amador de verdes lazos
sin concierto de balanza.
Esposas de la esperanza;
yo admirador de esculturas
en inquietud de molduras
de espumas en lontananza.
¡Mas ay! La solidez de mi espíritu,
ya no es piedra. Mi guarida
se fue perdiendo en la estepa
con osos de bienvenida.
¡Blanca-fría. Blanca-fría,
con las focas a porfía!

J. RODRÍGUEZ DUARTE

 

 


ENTONCES

No es la fuete cuando corre
con cielos de musgo y plata
ni es la brisa entre las hojas
ni las aves cuando cantan.

No es la luz quebrada en oros
por el encaje de ramas
sobre la siesta profunda
del arraya´n y la malva.

Es algo que está en la frente
o que por los labios pasa
otorgándonos la dulce
presencia de la esperanza.

Son oros desvanecidos
sobre yedras de murallas
con un tibio olor difuso
de soledades y savias.

En el jardín hecho tacto
sobre los pulsos del alma
cuando la luz de la tarde
brilla, ya muerta, en el agua.

JOAQUÍN ROMERO Y MURUBE



Nueva Poesía Nº 1