POESÍA ERÓTICA EN LA GRECIA ANTIGUA

Me apetece hoy cambiar de época y pasarme de pronto al desmadre de la Grecia Antigua, donde todo se dijo y donde parece que todo se hizo. Todo fue perpetrado por tipos tan interesantes como Hesiodo, Homero, Arquíloco, Alcmán, Safo, Ibico, Anacreonte, Minmermo, Píndaro, Sófocles, Eurípides, Aristófanes, Jenarco, Filemón, Mosco, Calímaco, Rufino, Pablo Silenciario, Glauco, Crinágoras, Polístrato, Adeo, Meleagro, y un largo etcétera de escritores sanos, lúcidos y bien vividos.
El amor era para los griegos un concepto de culto y, según diversas tradiciones, se le representaba -tomo la historia de Hesiodo -como un niño alado armado de arco y flechas- el coleguita en cuestión era hijo de Afrodita, que no es moco de pavo. Al amor se le daba culto en Grecia como a uno de los dioses más importantes, sumando la necesidad física del sexo y su carga sicológica con un profundo contenido religioso. Esto hacía que no existiese el sentido de la castidad que ahora tan bobamente está metido en las sociedades más diversas. Pero no voy a profundizar en comentarios sobre la época en favor de mostrar retazos de cre ación que nos dejen una breve muestra del pensar y el ser de la época. De Anacreonte, enamorado de Cleóbulo, este fragmento: 'Trae agua, trae vino, muchacho, y ¡ea! tráenos floridas guirnaldas, que ya voy a pelear con Amor a puñetazos ". Teognis nos cuenta: "Que no le con viene, te digo, a un viejo lino moza, /pues no es, cual navío, dócil al timón/ ni la sujetan las anclas: rompiendo sus amarras, /más de una vez se acoge de noche a otro puerto". Una anónima canción de banquete suena: La puta y el bañero tienen sin falta la misma costumbre: /lavar al bueno y al malo en la misma bañera ". De Eneo una bellísima escena lésbica: Yacía la una su blanco seno exhibiendo, /desatada del hombro su túnica, a la luz de la luna. /De otra la danza su brazo izquierdo /había dejado libre, /y desnuda a la celestial contemplación, /mostraba una viva pintura y a mis ojos su blancor/ oponía sus destellos al efecto de la oscura sombra. / Otra había desnudado sus hermosos brazos /y abrazaba el cuello femenino de una compañera. / Y aun otra bajo los pliegues de su túnica en jirones / enseñaba su muslo, y el deseo ponía su marca, / lejos de toda esperanza, en su sonriente lozanía. / Soñolientas, sobre las calamintas se dejaban caer/ y tronchando de las violetas las alas de sus pétalos / oscuros y el azafrán, que empapaba en los tejidos de las ropas /su imagen soleada. Y nutrida de rocío, la florida mejorana extendía los tiernos cuellos de sus tallos por los prados". Bello, ¿no? De Aristófanes estos cantos graciosos y picaros: "Si quieres pasarlo bien, / has de dormir a mi lado: / Que en las mocitas no hay mañas /y si en las hembras con años... " o ".. . No les eches mal de ojo / a las muchachas mocitas:/tienen los muslos suaves /y las manzanas floridas... " o "Se te caiga el agujero /y se derrumbe tu cama / si de un polvo tienes ganas...
De Riano un canto al culo de Menécrates: "Las Horas y las Gracias, ungieron el culo, con suaves aceites /y no dejes ni siquiera a los viejos pegar ojo. /Dime de quién eres, dichoso, v de qué jovencito /eres ornato ". Y de Menécrates el culo respondió ". De Dioscórides una recomendación para tener en cuenta: Jamás sobre el grávido vientre de tu compañera de lecho /cara a cara te eches, cuando de Cipris procreadora / disfrutas, pues en medio alta la ola y no escasa la brega será, /mientras ello toma v tú te meneas. /Hazla en cambio darse la vuelta -Y deleitate con su culo rosado, / tomando por Cipris varonil tu esposa ". Del gran Automedonte un poemilla que lleva por título Una artista', y que no tiene desperdicio: "A la danzarina de Asia, la que con posturas picaronas se menea /desde la punta de sus delicadas tiñas, /la aplaudo y no porque despierte el entusiasma ni porque sus brazos / delicados mueva delicadamente de este o aquel modo, /sino porque sabe bailar en torno al clavo más deteriorado /y no huye de las arrugas de los viejos. / Te da besos lamedores, te hace cosquillas y te abraza Y si alza la pierna, te levanta del reino de los muertos la garrota". De Meleagro toda una declaración de su nueva actitud ante el amor: -Ya no escribo en las paredes: 'Terón, guapo', ni el nombre / de Apolódoto, el que fuera antaño ardiente y ahora extinta tea. / Mi pasión ahora son las hembras y les dejo a los rabadanes cubrecabras / el gusto del restregón contra culos peludos de maricas. ". De Alteo de Menese esta joya del conocimiento Protarco es hermoso y no quiere Pero querrá después: / la juventud es un corredor con una antorcha". En fin, de todos me quedo, por debilidad, con una anacreóntica preciosa que lleva por titulo Vencido y que he utilizado para mi uso en múltiples ocasiones poéticas: "Tú celebras los tebanos episodios /y otros las batallas de los frigios; / yo canto mis derrotas. / No me quebrantó la caballería, / no la infantería no las naves, /sino mi ejército no antes conocido, /que me disparó desde unos ojos ",¿no les parece una gozada?
La literatura erótica griega, aun considerada en su variada y cambiante historia, nunca tuvo criterios remilgados con los fenómenos eróticos, y prueba de ello es que los aceptó en su vida religiosa. Esto hace muy difícil el poder encontrar en la literatura griega lo que nosotros denominamos pornografía. Los autores más encendidos se acercan, como mucho, y de forma inocente, al Ars amandi de 0vidio, Los cuentos milesios de Arístides, los Sybaritice libelli Hemiteón de Síbaris o las figurae Veneris-sí que puede existir en casos aislados crudeza en la expresión, pero nunca pornografía. El que cualquier vasija griega de uso común pudiera estar decorada con múltiples motivos del más vivo realismo sexual es un claro indicio de que el campo del sexo estaba tratado en la sociedad griega desde una perspectiva admirablemente sana.

 

Luís Felipe Comendador