Dos poemas que Juan Manuel Flores me dedicó cuando estuvo en Fuenteheridos y Valdelarco en 1978 con Rosalía García Delgado


Señor de los amores infinitos
Y de los infinitos sufrimientos:
¡toca mi corazón, seco sarmiento!
Hazlo fuente de amor estremecida.
Sirva el Amor de norte de mi vida,
Y que amor sea mi solo pensamiento.
Yo solo peregrino en seguimiento
De servir de consuelo en las heridas
Y compartir heridas y pesares
Con mis hermanos de dolor del mundo
Y reír y cantar en sus cantares.
Y mostrarles la luz y los colores
Y la blanca sonrisa de los niños,
No cultivar espinas, sino flores.

Oración para el cura Ángel, 15-2-78


Salve, Madre de Dios,
Casta y sencilla,
Bálsamo de dolor
Flor sin mancilla.
¡Salve, mística rosa.
Consuelo del mortal,
Madre piadosa
Sin mancha de pecado
Original.
¡Salve, Sagrario del Señor!
Puerta del cielo,
De todo pecador
Paz y consuelo
¡Salve, Madre de Dios!

14-Febrero-78
Para Ángel, cura nuevo, para que le dé "ángel" musical


Las dedicatorias también son autógrafas

 

Juan Manuel Flores