Raúl Quinto


JANE, TEXAS

 

No está, no es. Su imagen se proyecta
parpadeante en las entrañas
de un animal herido, la luz lenta
del Súper 8 deshilacha
cada uno de sus rasgos, no es ella
la que gira en la playa,
la que besa otra sombra.

No es, siquiera un nombre susurrado
frente al espejo, voces que se hilvanan
en una sola voz. No está, no es.

Jane: el amor escribe su grito en tu iris.

El agujero negro regurgita
el fósil de una estrella,
y comienza a latir la luz, su vértigo.

Jane: una caravana ardiendo en el desierto.

Y las huellas borradas.

Y la nada creciendo.