Rafael Suárez Plácido

 

Cine español

Creo que les voy a contar un secreto, algo que aún no saben. Tengo una debilidad. Si alguien me pregunta qué es lo que más deseo, siempre responderé lo mismo: que me cuenten historias. Y así, puedo pasar horas escuchando sin mover una ceja, pero como no siempre hay alguien dispuesto, recurro a los artistas. Un libro, una canción, un poema, un lienzo, una película. Estos días recupero las películas españolas que más me gustaron el año pasado, que han ido saliendo en DVD. Las películas que más me interesan están poco tiempo en cartel y no siempre puedo verlas. Desde luego no en Aracena, pero tampoco en Sevilla. Si eso ocurre espero a que salgan en DVD y las compro, y las consumo una y otra vez.

Digan lo que digan 2007 fue un gran año para el cine español. Cinco películas muy diferentes, pero de gran calidad, dan fe de ello. La Soledad, de Jaime Rosales; Bajo Las Estrellas, de Félix Viscarret; Caótica Ana, de Julio Medem; En La Ciudad De Sylvia, de José Luis Guerín y El Silencio Antes De Bach, de Pere Portabella. ¿Qué otra cinematografía puede presentar

La Soledad ha vuelto a las salas a raíz de su triunfo en los Goya. La historia de dos mujeres como tantas, sin trampas; sin más artificios que una puesta en escena novedosa con la pantalla dividida en dos mitades, viviendo un día a día a veces más feliz y a veces lleno de desasosiego. La película es dura, como la realidad de tantos, pero hermosa. Algo así, pero con una trama mucho más agradable, es Bajo Las Estrellas y la culpa de que nos guste tanto la tiene la actuación de Alberto San Juan, justamente premiada con otro Goya. Tendríamos que remontarnos años y fijarnos en maestros ausentes para recordar algo así. La historia original es de Fernando Aramburu y su El trompetista del Utopía. Un joven músico fracasado va de Madrid a su pueblo natal, donde comienza a sentir que lo necesitan y que su vida va adquiriendo sentido. Lo acompaña en el reparto la maravillosa y últimamente algo desaparecida Emma Suárez.

Las otras tres películas son palabras mayores. Caótica Ana es la película más personal de Julio Medem, el homenaje lanzado a los cuatro vientos a su hermana Ana, que falleció camino de la inauguración de su primera exposición como artista plástica. Ha sido muy criticada y atacada desde varios frentes, pero todos tienen en común viejas y patéticas disputas del pasado. Y su protagonista Manuela Vellés, si no se desanima por el injusto olvido que sufrió en la ceremonia de los Goyas, tiene el futuro más prometedor que se me ocurre entre los más jóvenes de nuestro cine.

El Silencio Antes De Bach es una reflexión sobre la vida y la influencia del gran artista, del músico genial por excelencia. Dos épocas, la actual con fragmentos aparentemente inconexos para luego descubrirnos que son partes de ese todo, y la época pasada, con algunas imágenes de Bach y de Brahms. Al final sentimos lo que ya sabíamos: que la vida es mucho mejor con su música.

Acabo de ver En La Ciudad De Silvia. José Luis Guerín siempre me ha gustado, pero su anterior película, En Construcción, fue una de las mayores y mejores sorpresas que el cine español me ha proporcionado en años. Tenía muchísimo interés por ver cómo continuaba su trabajo. Si la anterior era un híbrido entre documental y ficción, aquí nos cuenta la historia de un joven que va a Estrasburgo en busca de una mujer de su pasado que no ha logrado quitarse de la cabeza. Sentado en un Café, toma notas y esboza bocetos de mujeres que pasan en sus cuadernos Moleskine, los mismos en los que yo tomo notas constantemente. La película supone una reflexión sobre la mujer en la que José Luis Guerín nos muestra algunos de sus secretos más íntimos, y Pilar López de Ayala, como mi queridísima Juliette Binoche en Azul, nos muestra que se puede decir todo sin apenas hablar. En las cinco películas es esencial el sonido, casi siempre ambiente, con bandas sonoras sabiamente escogidas y ninguna palabra más de las necesarias. En las cinco cada plano es un hermoso estudio del espacio y de la luz y del color. Medem es el director de cine español vivo más importante, junto a Víctor Erice. Guerín y Portabella son los maestros que no cesan de sorprendernos, Rosales tiene mucho que decir y Viscarret, en esta su ópera prima, nos hace esbozar una franca sonrisa expectante.

 

La Mirada Encendida

       Ángel Fernández Santos
Barcelona; Debate, 613 págs.

 

 

             La editorial Debate ha publicado en dos volúmenes el corpus principal de la obra crítica de Ángel Fernández Santos. Estos dos libros son Más allá del oeste, que realmente es una reedición, y La mirada encendida.
Aunque Fernández Santos es autor de los guiones de algunos de los títulos más interesantes del cine español, El espiritu de la colmena, El Sur, Madregilda, Ander y Yul…, su trabajo más significativo lo realizó como crítico de cine, implicado e independiente, primero desde las páginas míticas de Primer Acto, y posteriormente, desde el diario El País. El director de la edición española de la revista Cahiers De Cinema, Carlos F. Heredero, ha sido quien ha antologado y editado una parte importante de sus artículos que ha titulado La mirada encendida.
Sus inicios en el cine tienen relación con la Escuela Oficial de Cinematografía, donde conoce a Victor Erice, que firma el próloga de este libro y con quien colabora extraoficialmente en El Sur, y como coguionista en El espíritu de la colmena. Por entonces comienza su labor crítica en Primer Acto y otras revistas, hasta que en 1982 ficha por el diario El País, que sería su principal tribuna hasta su fallecimiento en 2004. En sus inicios en ese medio trabaja con otro de los grandes críticos de cine ya fallecidos, con Augusto Martínez Torres. El otro gran crítico de cine de nuestro país es el inolvidable Alfonso Sánchez.

            El libro se divide en cinco partes. En  “Claves de una mirada” nos cuenta su particular teoría del cine con ejemplos de clásicos que refuerzan sus palabras, ejemplos que no siempre escoge entre los tradicionalmente considerados clásicos. Para el capítulo de actores una de sus referencias es el trabajo que le valió el Goya por su interpretación a Santiago Ramos, en 1996: Como Un Relámpago. Mucho más reconocido, pero no mucho mejor, es otro de los ejemplos que utiliza, el trabajo de Fernando Fernán Gómez en El Viaje A Ninguna Parte, una de las películas de nuestro mejor cine, al que tanta atención prestó Fernández Santos.
La segunda parte, “Creadores”, es su Canon particular de directores y actores preferidos: Welles, Cagney, Monroe, Chaplin, Dietrich... engrosan una nómina que está en la mente de todos, pero también encontramos sorpresas muy cercanas, como nuestra admirada Juliette Binoche o, dando un paseo por los arrabales del star system patrio, el genial Luis Ciges.
“Combates con el presente” reúne algunas de las crónicas que envió desde los principales festivales del mundo: Berlín, Cannes, Venecia, San Sebastián.
Quizá el capítulo que más vaya a interesar a los posibles lectores sea “Películas de una vida”, que es lo que su título indica: las reseñas más interesantes, no siempre positivas y siempre independientes, aunque tramadas desde el corazón mismo de uno de los grupos con más intereses en la industria. Repasamos algunas de las películas escogidas: El Apartamento, de la que escribe que “El talento incomparable de Wilder lleva dentro una cumbre de la comedia, probablemente la más alta.”; esa casi secreta maravilla de contrastes, de texturas y belleza que es La Bella Mentirosa, de Jacques Rivette: “No es posible dejar pasar por alto la formidable aventura que esta obra emprende dentro las zonas más delicadas y menos exploradas del cine…”; dos de las mejores películas de la ya mencionada Juliette Binoche: Herida, de Louis Malle: “un islote que emerge muy por encima del suelo del cine europeo…” y Tres Colores, Azul: “Kieslowsky sigue remando en solitario río arriba y pese a ello, o precisamente por ello, se ha convertido en un clásico vivo del cine europeo…”; Caro Diario: “genuino cine de autor, como el de Chaplin y pocos más...” o la mejor película del mejor Medem, Los Amantes Del Círculo Polar: “un esfuerzo del cineasta de avanzar hacia su prehistoria íntima, lo que debe hacer siempre un artista…”
En “Autorretratos”  se recogen los artículos que hizo sobre las películas en las que él mismo se implicó como guionista, El Sur de Victor Erice, para muchos, para mí, de las mejores españolas de todos los tiempos, entre ellas.
La mirada encendida, de Ángel Fernández Santos. Todo un seguro. Un libro indispensable no sólo para los amantes del cine, también para cualquier curioso que desee entender algo más del pasado siglo XX.