Poesía  
 

 

HISTORIAS DE COMUNIDAD


con cuarto trastero y escalera
[sobre un poema de Bertold Brecht]
Un día vinieron por las bicicletas:
““Las bicis, ya se sabe, no pueden estar ahí””.
Yo no iba en bicicleta,
así que no me moví.
Otro día vinieron por los carros de niño.
No éramos padres de familia,
así que no me moví.
Otro día vinieron por las sillas de ruedas.
No había minusválidos en mi casa,
por tanto no me moví.
Finalmente vinieron los de la funeraria:
“El muerto, usted comprende”.
En el pesado ataúd, por la infinita escalera,
me moví.