Ayer la conoció. Hoy tiene cura
la herida que quemaba en el costado
del fiero combatiente. A este lado
llegó
1. desnuda y blanca,
2. de clausura
letal al fin huyendo a vida dura
3. montada en bicicleta por el vado,
4. veloz como si presa del pasado
se hallase perseguida por la usura
5. y etcétera.
La vio salir del sueño:
¡Oh dulces pantorrillas que besaban
las aguas presurosas del arroyo...
Lo vio tendido y dijo: Si te follo
mañana sanarás, vendrás risueño.
Supieron de repente que se amaban.
LUIS MELGAREJO