POOR PRETTY P.
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PODRĶA DECIRTE

 

No se puede ser más buenrollero.
Si camina, tu bolsillo lo nota.
Es el amigo que no se desvanece,
un porrito demasiado grande
para ser compartido.
Nadie puede ser más buenrollero.
Cuando vamos de marcha, la ciudad lo padece.
Si escribo estas líneas
es para estirar la pelas,
para que los colegas que sólo tú y yo admitimos
nos devuelvan el dinero que es sólo nuestro.
Miro mi cuenta,
como un estudiante palpa su cocina en diciembre
y vuelve a su casa. Quién pudiera vivir sin los dineros.
O no. Qué resaca. Que libres los millones de neuronas
que no saben que tú existes , que no saben nada de tus manos.
Tú ya sabes, cuando el speed entra de verdad,
hay que meterse; no sabes lo que es el jaco.
No sé si entenderás la úlcera
que seca esta barriga. Es mejor que no fumes.
Papel y chocolate, te digo.
Me miras, sonríes -es suficiente.
Ojalá te acuerdes de la fianza.
Estoy pensando en mi hija,
es alguien que se parece mucho a ti,
a ti, el buenrollero; tú, el múltiple deudor.

JORGE DÍAZ MARTÍNEZ