1999 no fue un buen año para las cosechas
ni para el hombrea Escucha:
el otoño fue más frío que de costumbre
y los refugios del este eran precarios como una vida.
Los pechos se deshacían como sueños
y los últimos rinocerontes de África
eran alientos.
1999 no fue un buen año, repito,
o sí lo fue. Qué es eso.
Yo puedo escribir un poema sobre lo más pequeño
de cada corazón,
e imaginarte, pretty, pasear
en bicicleta sobre Palestina.
A veces es difícil pensar la redondez
del planeta o del ámbito.
Pero ya una vez lo hice, pretty poppie.
es cuestión de tejerte en otras manos,
en otra imagen viva que nos recuerde algo
del amor y, por qué no,
dar otra vuelta al mundo
en clase turista desde Madrid.

RAÚL ALONSO