Contenido HwebRA 5 Contenida de poesía

 

 

Nací en Orense, Galicia. A los ocho años emigré a Venezuela, donde residían mis padres. A partir de entonces comencé a escribir.
Estudié Letras en la Universidad Central de Venezuela. Trabajé como profesora de Castellano y Literatura hasta que decidí marcharme de Venezuela, en 1996. Desde entonces anduve vagando por Europa. Cuando me detuve, ya era el año 2000 y estaba en Zaragoza.
Fui incluida en las antologías: Feroces, Mujeres de carne y verso, 25 Poetas Españoles Jóvenes, e Ilimitada Voz, entre otras. Y fui finalista del premio de joven poesía europea, Tívoli Europa, en 1998 y 2002.
En la primavera de 2001 publiqué Espejo Negro, mi primer libro de poesÍa.
He colaborado con Rolde (Aragón), Pliegos de Poesía (Cádiz), Ex Libris (Italia) y Ciclo (Aragón). He realizado experimentos relacionados con la imagen, la mayoría vinculados con poemas y en colaboración con Rubén de Oddcity.com, entre los que se cuentan dos finalistas en los premios OFFF 2001 y OFFF 2002 de Barcelona.
Puedes visitarme en: www.oddcity.com/miriam_reyes.

 

 

 

 

Mi padre enfermo de sueños


en el asfalto incandescente de cien mil mediodías caminados
bajo el sol en vertical
perdió sus pies
y apoyado en sus rodillas sigue buscando
el camino de vuelta a casa.
Mi padre sueña,
rendido por el cansancio,
que vuelve a su tierra y planta sus piernas y le crecen pies jóvenes
y la savia de su tierra negra le alivia el dolor de las arrugas
y resucita sus cabellos muertos.
Luego despierta en un piso alquilado a la ciudad de los huracanes de la miseria
y blasfema y maldice y no tiene amigos.

Escondido en la noche
papá llora por las certezas que lo defraudaron.
Del otro lado de su piel
mamá llora por mamá
mamá llora por su casa que ya no habita
y por paz y reposo y risa.

Papá y mamá lloran
cada uno a espaldas del otro en la cama
en el más crudo estruendoso hermoso silencio.
que modula en frecuencias infrahumanas
sonidos que se articulan como palabras:
"si aquí no están mis sueños
cómo puedo dormir aquí".
Y que sólo yo escucho
con la cabeza enterrada en la almohada.

Concebida de la nostalgia
nací con lágrimas en el sexo con tierra en los ojos con sangre en la cabeza.
No soy lo que soñaron
como tampoco lo son sus vidas. Eventualmente paso días enteros sangrando
(por negarme a ser madre).
El vientre vacío sangra

exagerado e implacable como una mujer enamorada.

Si los hijos no salieran nunca
del cuerpo de sus madres
juro que tendría uno ahora mismo
para sentirlo crecer dentro de mí
hasta poseerme como en una sesión espiritista
o como si mi bebé y yo
fuéramos muñecas rusas
una llena de la otra
mamá llena de bebé.

También tendría un hijo
si ellos siempre fueran bebés
y pudiera sostenerlo en mis brazos por encima de la realidad
para que mi niño nunca pusiera los pies en la tierra.

Pero ellos llegan a ser
tan viejos como uno.
No alimentaré a nadie con mi cuerpo
para que viva este suicidio en-cuotas que vivo yo.

Por eso sangro y tengo cólicos
y me aprieto este vientre vacío
y trago pastillas hasta dormirme y olvidar
que me desangro en mi negación. Amo a este hombre misógino.
Deseo su sexo descarado que pasea de aquí para allá
que entra donde como y cuando Él lo desea
vomita su odio en mí y se va.
Yo, maravillosa artesana,
hago de su asco mi mejor creación:
una réplica suya mejorada.
Del vómito incubado en el más repugnante de los seres
nacerá la criatura que lo iguale en fuerza
y sea capaz de destruirlo por envidia
como yo no pude hacerlo por amor.

 

Afuera todo es hostilidad


quédate aquí,
hombre de mi sangre.
Mi adolescencia es más de una edad;
súmate tú, dolor mío
querido mío.
No escapes por mi vientre
entrégate a la esterilidad del fluido contenido
nuca salgas de mi cuerpo de corrientes.
Te lo pido por las buenas.

 

Me he escondido debajo de las piedras


junto a los escorpiones
para que no me encuentres o encuentres la muerte.