|
II
Taladro hojas mientras
clavo la lengua
y destierro el deseo al olvido.
Desnuda estoy
y he roto las palabras.
Recorro calles.
Estoy en tierra de nadie.
Para Diego
III
Leche para mojar los labios,
miga que desborda la comisura,
un vaso caliente,
la mesa y las sombras,
atentas,
que nos miran,
que se sientas en sillas,
llenas de restos
y montañas de pantalones,
la habitación y las paredes,
la alfombra y la cama abierta.
Nosotros.
Bordeando la ausencia con la lengua,
apuntalando palabras,
clavando manos a los cuerpos,
sellando treguas con sonrisas.
V
Llorarás tantas noches como golpes
necesites para forjar estrellas,
maldecirás el día
y llorarás la urgencia de lo nuevo.
Ya puedes forjar un cielo
o una casa nueva
y bailar tantas horas y noches
como carbón se derrita en las venas.
Que llorarás
y nadie habrá de ver lágrimas,
y la lluvia se beberá tus gotas,
tu sudor y tu cuerpo,
te beberá, amor
y nada habrá de quedar.
Ni siquiera el eco.
|
|