Poesía

 

GUILLERMO FERNÁNDEZ ROJANO

 

( El espacio superpuesto forma una de las secciones del libro Boca de asno, editado por la editorial valenciana 7 i mig, y dada a la luz en 1999)

 

EL ESPACIO SUPERPUESTO

ESO DIGO YO

¿Y si el dolor no pudiera rebelarse
contra el cuerpo que lo contiene?
¿Y si no pudiera degollar
lo que encuentra a su paso, ni hincharse
ni elevarse ni explotar?

¿Y si el dolor fuera mudo?

TEDIO

Al menos nos queda el cansancio por los viajes,
estar viniendo en contra de lo que hemos pensado,
que caíamos en brazos de la propia compasión
o que vivíamos escarbando dentro del universo.
Ahí donde el mundo de los muertos se dilata.

 

MALDICIÓN

Esta maldición de estar viniendo de todas partes
donde nunca se estuvo, no de regreso,
sino el único sentido: venir,
sumergirse sin respirar
en los barrios obscenos del alma
a descuartizar el pensamiento
palabra a palabra,
hasta que no quede morada ni reposo.
Sentir la gratitud de habernos volcado el propio pulso
y no haber podido sobrevivir al poema.


SOLUCIONES

En la lenta superposición
de las capas de polvo
que pueblan la superficie de los muebles
está la huella
de nuestro puto y puro sufrimiento diario,
la velada imagen de nuestra ausencia,
representación de estar ahora
mientras salimos a eliminarnos en los otros.
La solución es muy sencilla: sopla.


TRADUCCIÓN

A Tim Savory.

Pero nos queda la fatiga por los viajes,
el descanso, la pérdida del equipaje
por los meandros de una vieja ciudad,
el efecto de la bomba
al creer en el delito
que hizo correr la tinta hasta llegar aquí,
al otro extremo de un continente
que ya no tiene de qué descansar.

 

LASTRE


Me he pasado la vida contemplando
cómo después los jirones de niebla
que se han quedado en las palabras
no son los barcos desgarrados
que reposan en la memoria de esta ciudad
que vive alegre, sumergida en tus ojos.

Muchas veces un ruido en la escalera
nos hace creer que estamos vivos
y que hemos dejado de escribir
para siempre a los muertos.