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Relatos
Poeta del mes

 

 

 

 

UN ADOLESCENTE REPRESENTA A NUESTRA SEÑORA EN UNA FIESTA EN EL LICEO

a Ana Rossetti.

Por mi belleza he sido elegido y mi rango es de este papel.
En el espejo de mí adolescencia también el Espíritu cerca su vuelo
y en la Palmera el sol acaricia incólume la superficie de su brillo.
Debo descender desde la oscura cúpula de los efectos y adelantaros
el misterio, mi propio tránsito, porque hoy sólo mi juventud averigua
la inquietud de quien algún día se contemplará en mi gracia.
Será entonces cuando yo mismo descifre el arcano de mi naturaleza.

 

DESNUDO FRENTE AL MAR

Sobre las rocas el desnudo ofrecía
una estética y difícil responsabilidad
en un equilibrio cortante a un fondo
de aves migratorias y grises trasparentes.
Ningún movimiento parecía tentarle,
y como quien rechaza incómodo lo inútil,
y ama la armonía del silencio en lo fijo,
permanecía inmóvil midiéndose en el mar.

 


PLAZA DE LOS AHORCADOS EN JEREZ DE LA FRONTERA

a Miguel Ramos.

Hay un espacio abierto a lo inquietante
como un discurso en favor de que el brazo
a impulsos soberanos, un golpe capital
de nuevo dé a las cosas el lugar que les fueran
antes de que la culpa empañase su oficio.
Mas otros, por complejas razones, tratan en abolir,
en miedo de lo justo, la sombra de la espada.
Tantas fueran las clases de argumentos que la plaza
sostuvo en temple del garrote y aires de las horcas,
que el tiempo aún le cede un contenido aliento.
Mas ya su arquitectura, libre de lo fatal
en plano se estremece abriendo por la piedra
un paralelo juego de palmeras que suben
a un cielo inalcanzable, en tanto que el Palacio,
escoria y basurero, recrea su arrogancia viviéndose
en la forma de un lebrel italiano que indiferente mira
un arte de tritones que al mármol envanece.
Y sólo quien conoce del discurso el sentido,
aquel brutal que en cosas de la vida imponía
sus reglas, sucumbe estremecido al equilibrio
exacto que la plaza a esta hora le ofrece.

 


JARDIN DEL INVIERNO


a Enrique Carrión Mapelli.

El desnudo pertenece a la desolación del jardín
y el vértice donde las celindas y bignonias
esperan la encendida resurrección de la primavera.
Así también ellos, a la impiedad del frío,
proyectan por estaciones los próximos encuentros.
En el nervio se balancea la lavandera de las nieves
y los paseos convocan al uso en cuadro de las lanas,
y brilla el moho ennegrecido al borde de las fuentes.
Quizá sea tiempo para disponer el vaho de un poema
y retornar al fuego de la casa que simula el verano.

 

del libro "Memorial para otras estaciones"
Col Arenal de poesía, Cádiz, 1984

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PAJAROS

Volar es el resultado de una intensa pasión, nunca de su práctica.


El pájaro es un estado de necesidad,
el principio de toda creencia.


Refractan los pájaros en las lunas
su pasión y su muerte.


En el espacio finge la velocidad el pájaro.


El pájaro es el sueño
del movimiento.


Se desafía a sí mismo el pájaro
en su sombra.
Se desprende el pájaro de la sombra
y vuela,
pues la sombra es el ancla del cuerpo.


Nace el pájaro de la llama
y, encendido,
se evade en la pavesa.


Acentúa el pájaro su ángulo
sobre el concepto ángulo.


Su naturaleza y condición
niega, al pájaro, la noche.


Se explica el pájaro en el silencio.


Duda el pájaro
al reflejarse en el mar.


El vacío es la negación del vuelo y su dinámica.


Fracasa el pájaro
en el volumen,
en la materia
y en la instantánea.


Pertenece el pájaro a lo vertical.


Rima el pájaro consigo
en lo más alto.


El pájaro es un punto sin referencia alguna con el plano.


Pertenece la estructura del pájaro
a la caída.


El pájaro por sus alas se sabe ángel.


Bate sus alas el pájaro
y cree volar.


Se siente libre el pájaro
en el efímero valor de la nube.
Conoce el pájaro el esfuerzo del sol por atraerlo. Mas vuela, se niega y lo rechaza.


En el eclipse el pájaro
intuye la muerte.


Muere el pájaro en la prisión
de sus alas,
en su propia ficción.


¿Tiene conciencia el pájaro de los signos, símbolos y claves de su vuelo?


En el vértigo encuentra su eco el pájaro.


Al planear se hace místico el pájaro.


En el vuelo tangencia el pájaro con la nada.

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