ÉL SUJETÓ la punta de sus dedos
cuando ella le abrió aquel chicle
en el bar.Luego se subió a la bici detrás
y se apretó contra ella
sospechosamente fuerte.Pero fue arriba,
en la cuesta de San Diego
cuando ya no pudo más
y se abalanzó en picado
sobre su escote.Así, aquella noche,
por pintarse ella
de cereza
los labios
le regaló el hombre-lobo
la luna entera
de noviembre.
POR LA FORMA DE LLAMAR
se distinguen las visitas.Las niñas gritan y ríen
antes de golpear la madera.Mi antiguo amor llama suave,
muy flojito,
ese las mata callando.Y tú,
que has invadido mi casa
aporreas sin piedad mi pobre puerta.No sé qué buscas, chico,
o qué vendes,pero llamas igual
que el del butano
o el de los congelados.
LA BOCA DE LA CIEGA
La saliva de la boca de la ciega.La ciega te la mama
y habla.A cambio tu risa,
caricias en el pelo,
palabras que suenan bien
y dos o tres corridas.Luego la dejas sola
y ella cierra la boca
y llora